Cuándo y cómo considerar contratar a un subalterno para líderes exitosos

Sentirse abrumado como líder ciertamente no es poco común, especialmente en una era de fuerzas laborales globales y dispositivos que nos permiten estar conectados las 24 horas del día. Sin embargo, hay una diferencia entre la sensación general de tener una lista de tareas abrumadora y asumir más trabajo del que es posible para que una sola persona lo maneje.

Otras veces, este escenario no va acompañado de la sensación negativa de estar abrumado. Como líderes, generalmente nos encontramos expuestos a los proyectos más emocionantes y desafiantes y a un buffet de oportunidades. Es fácil asumir media docena de proyectos estimulantes y disfrutar de un papel secundario en múltiples actividades, pero no hacer ninguna de ellas bien.

En ambos casos, puede que sea hora de considerar algún tipo de subalterno. Estos roles tienen títulos que van desde Jefe de Personal hasta Subdirector de Informática, o cualquier otra descripción creativa que tenga sentido para una tarjeta de presentación. Sin embargo, el objetivo es aumentar y mejorar tu capacidad de liderazgo de manera efectiva.

Identificar el momento adecuado para tener un subalterno

La idea de tener una "persona de confianza" probablemente atrae a todos. Sin embargo, hay muchas situaciones en las que un subalterno no es la solución adecuada para un líder que siente que está siendo arrastrado en demasiadas direcciones. Agregar a otra persona puede empeorar la situación.

Generalmente, los líderes más nuevos se meten en problemas al caer en una o dos trampas. La primera es asumir todas las responsabilidades que se les presentan, creando una cartera desarticulada de actividades no relacionadas que es imposible que alguien haga bien. La segunda es participar activamente en las actividades que les permitieron obtener un puesto de liderazgo.

Los buenos líderes saben dónde se deben enfocar mejor sus energías y asignarán proyectos y tareas que les lleguen a otros cuando ellos no sean la mejor persona para el trabajo, incluso si se trata de un proyecto increíblemente interesante o valioso.

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En cuanto a la segunda trampa, todos hemos visto al líder que todavía le gusta gestionar detalles o dirigir proyectos individuales, o al vicepresidente que no puede desprenderse de su antiguo rol operativo. Mantenerse conectado al trabajo de tu equipo está bien, pero intentar ser a la vez líder y miembro del equipo no lo está.

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Si has navegado con éxito estas trampas pero descubres que no puedes centrarte y avanzar en tu agenda debido a un volumen abrumador de actividades, es hora de considerar un subalterno. De manera similar, puede que seas un estratega excepcional pero tengas dificultades con la ejecución detallada, o que tengas una cartera global y no puedas cubrir tus regiones al otro lado del mundo.

La prueba de fuego para saber cuándo es el momento de considerar un subalterno es cuando has reducido tu enfoque de liderazgo al dominio más pequeño posible pero aún luchas por avanzar con éxito en tu agenda.

Qué buscar en un subalterno

Cuando busques un subalterno, la tentación inicial es buscar un "mini-yo", alguien con habilidades, disposición y fortalezas similares. Si bien esto puede ofrecer buena compañía y ciertamente hay méritos en duplicar tu conjunto de habilidades, contratar a un subalterno con habilidades complementarias y diferentes generalmente puede ser más beneficioso.

Evalúa tus fortalezas y debilidades, un ejercicio desafiante sin duda, pero que se beneficia de puntos de vista externos de confianza, y busca un subalterno que pueda cubrir algunas de tus debilidades. Esto tiene el beneficio dual de permitirte enfocarte en las actividades donde tus fortalezas pueden maximizarse (y en las que probablemente disfrutes y sobresalgas) y permitir que cualquier cosa que naturalmente se escape de ese filtro reciba la energía y competencia de tu subalterno.

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Muchas de las relaciones líder/subalterno más efectivas son como el Taoísmo Yin y Yang, equilibrando las habilidades y fortalezas de liderazgo de cada uno.

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Cómo justificar tener un subalterno

La búsqueda de un subalterno efectivo puede ser desafiante. Como la mayoría de los roles, el mejor lugar para comenzar puede estar dentro de las paredes de tu organización. Busca candidatos con alto potencial que estén considerando el liderazgo o que busquen algo nuevo y diferente en sus carreras. Por ejemplo, si tienes dificultades con los clientes, alguien del equipo de ventas podría ser un candidato interesante.

Cuando llegue el momento de determinar de dónde se obtendrán los fondos para el rol, enfócate en cómo un subalterno acelerará a tu organización para alcanzar sus métricas. Aunque esté justificado o no, presentar el caso de que estás abrumado y necesitas ayuda podría ser percibido como una debilidad. Presentar al subalterno como un acelerador y una inversión que tendrá un impacto desproporcionado en el logro de los objetivos de tu grupo suele ser una ruta más exitosa.

Con un sólido vínculo con las métricas clave, un conjunto de habilidades complementarias y potencial de desarrollo de liderazgo, habrás posicionado a tu subalterno para el éxito, lo que en última instancia contribuirá a tu éxito como líder.

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