Cómo Linux cambió mi vida: una historia personal de transformación y éxito

Hoy celebramos el 30 aniversario de Linux. Lo que comenzó como un proyecto estudiantil de un joven estudiante de ciencias de la computación en la Universidad de Helsinki, se ha convertido en un sistema operativo en el que dependen las empresas de todo el mundo. Es masivo. Es crucial. Y sin Linux, la mayoría de las empresas no serían tan ágiles, flexibles y confiables.

¡Hurra! Pero eso no es de lo que quiero hablar ahora mismo. Quiero hacer esto un poco más personal. ¿Por qué? Porque Linux cambió mi vida. Suena como una exageración. Pero no lo es.

Déjame explicarte.

De actor a entusiasta de Linux

Mi vida iba muy, muy bien. Literalmente, estaba viviendo el sueño. Era un actor profesional que vivía de lo que más me apasionaba. Nada podía detenerme. Y aunque no estaba ganando lo que cualquiera llamaría un salario razonable, podía mantenerme (aunque comiendo muchos Pop-Tarts y Ramen) haciendo lo que amaba.

Pero luego sucedió el 11 de septiembre y las cosas empeoraron. Era miembro residente de una de las compañías teatrales infantiles más grandes y respetadas del país. Después de los eventos del 11 de septiembre, las escuelas dejaron de hacer excursiones, lo que significó un gran golpe para los teatros infantiles de todo el país. Después de 10 años con esa compañía, tuve que tomar una decisión muy difícil... una que nunca pensé que tendría que tomar.

Me retiré de lo que adoraba y busqué algo nuevo. Dicho algo se convirtió en mi regreso a la universidad (ya tenía una licenciatura y una Maestría en Bellas Artes), esta vez para estudiar ciencias de la computación.

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Aquí está la cosa: en 1997, compré una computadora Pentium 75 y estaba cansado de la temida Pantalla Azul de la Muerte. En algún momento, la curiosidad se apoderó de mí (como suele suceder) y busqué una alternativa. Siendo de un nivel económico más bajo, esa alternativa tenía que ser más barata que Windows.

Y mejor. ¿Mencioné lo mucho que odiaba Microsoft Windows?

Así que, un día fatídico, visitaba la tienda local de CompUSA (¿recuerdas eso?) y encontré exactamente lo que estaba buscando: Linux. Había leído sobre ello y entendía lo que era (al menos en la superficie). Era un sistema operativo. Windows era un sistema operativo. Podía usar Windows, ergo podía usar Linux. Ipso facto, ad nauseam. Y según todo lo que había leído, Linux nunca me fallaría.

Así que compré Caldera Open Linux 1.0, lo llevé a casa e instalé el sistema operativo. Unas horas después, tenía una instancia funcionando de Linux en mi máquina y el temido Windows ya no existía.

Pero entonces surgieron problemas. No podía conectarme a internet. Necesitaba estar en línea. ¿De qué servía esta colección de baudios y bits si no podía acceder a internet? Me llevó bastante tiempo darme cuenta de que mi PC tenía... sorpresa... un modem Winmodem. Volví a CompUSA y compré un módem externo U.S. Robotics. Una vez que ese hardware estaba funcionando, todo cambió. Tenía una copia de Linux funcionando en mi máquina, estaba en línea y podía empezar a aprender los entresijos de este sistema operativo.

Mi viaje de aprendizaje con Linux

Era verano. Los pájaros cantaban, el sol brillaba, las escuelas estaban cerradas y tenía mucho tiempo libre. Mi educación en Linux fue rápida y exigente. Encontré a un gurú en línea (aún recuerdo su nombre, aunque no lo compartiré contigo) que me presentó al administrador de ventanas AfterStep, que llevó todo al siguiente nivel. No solo estaba usando un sistema operativo a prueba de bombas, sino que la interfaz parecía venir del futuro.

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Era tan genial que no me aguantaba a mí mismo.

Y así, yo me sentía como Rodney Dangerfield y volvía a la escuela. Durante ese primer semestre, después de sentir que había dominado Linux, las cosas eran diferentes. Sentía que sabía algo que mis compañeros de clase no sabían. La mayoría de mis compañeros todavía usaban Windows (qué descaro) y no tenían ni idea de lo que se estaban perdiendo.

Esa pseudo sensación de superioridad me llevó al Grupo de Usuarios de Linux Estudiantil (también conocido como SLUG). El grupo se reunía una vez a la semana para hablar de Linux y realizar "Fiestas de Instalación", donde instalábamos Linux en las computadoras de otros estudiantes. Fue en la tercera o cuarta reunión cuando llegó un invitado a hablar con el grupo. Resulta que el invitado era de una nueva startup llamada Newsmatic, que buscaba a alguien para liderar el desarrollo de LinuxRepublic (DESCANSE EN PAZ). Esperaban encontrar a alguien que escribiera sobre Linux y ayudara a dar a conocer este nuevo sistema operativo. Sin dudarlo, levanté la mano y dije: "¡Soy tu hombre!"

Dos semanas después, tenía un contrato de trabajo freelance con Newsmatic, ganando más dinero del que nunca había ganado y haciendo algo que nunca se me había ocurrido... escribir sobre tecnología. Y luego, en noviembre de 2000, recibí una llamada de un ejecutivo de Newsmatic preguntándome si quería unirme como editor senior a tiempo completo. ¿Mi respuesta? "Déjame pensarlo... ¡sí!"

Ese trabajo duró alrededor de tres años hasta que estalló la burbuja de las puntocom y (como todas las empresas de tecnología) Newsmatic comenzó a reducir personal. Habían crecido hasta contar con más de 200 empleados y sin el beneficio de toda esa financiación mágica de capital de riesgo, no podían mantener ese nivel de nómina.

Por alguna razón, los gerentes de nivel medio y alto consideraban a Linux como una moda pasajera, así que pensaron que podrían deshacerse de mí sin perder mucho. Regresé a la actuación y me quedé allí durante algunos años.

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El regreso a Linux

Pero luego esa canción de sirena de Linux simplemente no me dejaba en paz. Claro, seguí usando Linux como mi sistema operativo principal (y aún lo hago hasta el día de hoy), pero no había escrito sobre tecnología durante un tiempo. Esa pausa llegó a su fin (después de dos años) cuando Newsmatic y yo nos reunimos nuevamente. Una vez más, estaba haciendo la otra cosa que me parecía absolutamente natural... escribir sobre Linux y software de código abierto. Avancemos rápido hasta ahora, en el día que conmemora mi propio nacimiento, y estoy escribiendo sobre cómo el nacimiento de un sistema operativo cambió el rumbo de la historia.

Así que sí, Linux cambió mi vida. Y hasta el día de hoy, cuando veo cómo todo encajó de forma natural, me doy cuenta de que todo sucedió como si estuviera destinado a ser así. A diario, estoy agradecido de que Linus Torvalds haya creado Linux. Y aunque me faltan algunos años para usar Linux durante 30 años, al menos puedo decir que estuve presente para el kernel 2.0 de Linux y estaré aquí (muy probablemente) para muchas más versiones.

Feliz 30 cumpleaños, Linux. Hasta ahora ha sido un gran viaje y estoy seguro de que solo mejorará.

Este es el primer parte de una serie de cuatro partes sobre el 30 aniversario de Linux. Consulta la segunda, tercera y cuarta parte de esta serie. Toda la serie está disponible para descargar de forma gratuita en formato PDF.

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