El apagón de la red 3G en Australia: Qué deben hacer las empresas con equipos 3G

Es el fin de una era. Hace veinte años, la conectividad inalámbrica 3G comenzó a implementarse en Australia, y fue revolucionaria. La red 2G anterior tenía una velocidad limitada de 40 kbps, mientras que el 3G podía alcanzar hasta 2 Mbps. Esto fue suficiente para alimentar desde redes sociales en teléfonos de consumo hasta flotas de ambulancias y las máquinas EFTPOS que todos damos por sentado.

Ahora todo eso está llegando a su fin, y la transición podría no ser tan indolora como algunos esperan. Muchas tecnologías comerciales todavía dependen de la conectividad 3G, y adoptar la tecnología de reemplazo 4G podría requerir que las empresas compren nuevos equipos, experimenten interrupciones a medida que se implementa la nueva tecnología en la flota e implementen nuevas prácticas de capacitación y gestión del cambio.

Australia no es el primer país en decir adiós al 3G

Las redes 3G comenzaron a retirarse en 2020, cuando VodafoneZiggo en los Países Bajos fue el primero en encontrar el "interruptor apagado". Desde entonces, se han retirado redes 3G en naciones enteras como Alemania, Grecia, Noruega y Eslovaquia. Los proveedores de servicios en los EE. UU. también están cerrando rápidamente sus conexiones 3G.

Aunque el apagón ha hecho que muchos dispositivos requieran actualizaciones y haya dejado obsoletos otros dispositivos, la transición ha sido relativamente fluida y bien planificada. Sin embargo, a medida que la economía australiana enfrenta una recesión, es posible que una actualización obligatoria de la flota no sea algo con lo que las empresas de logística, atención médica, minería y manufactura quieran lidiar.

Por qué el 3G en Australia se está apagando?

La razón simple es la asignación de recursos. Toda la conectividad inalámbrica se realiza a través de ondas de radio y solo hay tantos "espacios" en el espectro disponibles.

Actualmente, hay tres operadores que ejecutan redes 3G en Australia: Telstra, Vodafone y Optus. Los tres operadores solían dedicar dos "espacios" de ondas de radio al 3G, pero cada uno apagó uno de esos "espacios" alrededor de 2019. El cambio final para apagar el otro espacio ocurre el 15 de diciembre de 2023 para Vodafone y el 30 de junio de 2024 para Telstra. Optus será el último operador en admitir 3G, pero también se apagará por completo en septiembre de 2024.

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Por supuesto, los operadores no están retirando ese espectro. Simplemente lo volverán a utilizar. El espectro utilizado anteriormente para el 3G puede alimentar conexiones 4G o 5G en su lugar. Con más personas que utilizan esos dispositivos más rápidos, ya no tiene sentido comercial para el operador seguir dedicando recursos tan valiosos y limitados a una audiencia en declive.

Esto ya ha sucedido antes: el 2G se apagó por completo en 2016. Sucederá de nuevo, ya que presumiblemente habrá un 6G en algún momento, y luego las conexiones 4G se volverán demasiado obsoletas como para preocuparse por ellas.

El gran problema esta vez es la cantidad de sistemas críticos que aún dependen de las conexiones 3G.

Por qué el apagón del 3G en Australia tendrá un impacto mayor que el 2G

Cuando la red 2G comenzó a desaparecer, las personas se encontraron incapaces de realizar llamadas telefónicas, enviar mensajes de texto o acceder a la limitada Internet que el 2G era lo suficientemente rápido para soportar. Eso fue molesto para las pocas personas que aún no se habían actualizado al 3G, pero solo fue una pequeña molestia.

El 3G, por otro lado, es mucho más importante. Muchos servicios críticos aún se conectan a Internet a través del 3G, incluidos los sistemas de seguridad, las alarmas médicas, las máquinas EFTPOS y la telemática logística. Muchos de los camiones que transportan alimentos en todo el país o las ambulancias que llevan pacientes a los hospitales dependen de la telemática para sus sistemas de navegación.

En otras palabras, el 3G fue la primera tecnología inalámbrica que hizo posible Internet de las cosas, y esto fue adoptado por empresas de flotas, proveedores logísticos, contratistas gubernamentales y otros negocios que utilizan comunicaciones de máquina a máquina. La falta de señal en los teléfonos de algunas personas no se compara con el impacto potencial de que esos sistemas se apaguen.

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¿No pueden simplemente las empresas australianas actualizar a dispositivos 4G?

La buena noticia es que en casi todos los casos hay alternativas 4G para las flotas de dispositivos habilitados para 3G. El problema es que, para muchas organizaciones que han convertido estos dispositivos en elementos críticos para sus operaciones, el camino de actualización no es necesariamente sencillo y se les está acabando el tiempo.

1. Costo

Actualizar de 3G a 4G puede representar un gasto de capital masivo para las organizaciones que de repente se ven con una flota de tarjetas SIM 3G que deben ser retiradas y reemplazadas. Es probable que también se requieran actualizaciones de infraestructura para facilitar la conexión de estos dispositivos a la red.

2. Desafíos técnicos

Además de reemplazar las tarjetas SIM, muchos dispositivos más antiguos no serán compatibles con las redes 4G o no funcionarán de manera eficiente sin una actualización significativa. Además, el simple hecho de poner todos los dispositivos en línea puede ser un desafío logístico y de soporte para el equipo de TI.

3. Interrupción de las operaciones

Es probable que haya algún tiempo de inactividad y perturbación para actualizar cada dispositivo. Esto significa vehículos fuera de servicio, equipos sin conexión y personas incapaces de trabajar durante un tiempo. Si bien esta actualización se puede escalonar mientras todavía haya tiempo antes del apagón de la red, aún significa una productividad general más baja para la organización durante ese tiempo. Los dispositivos y la conectividad 4G también suelen venir con características que requieren algún tipo de capacitación.

Qué deben hacer de inmediato las empresas australianas con equipos 3G

Cualquier empresa con una flota de dispositivos 3G realmente debe abordar este desafío de inmediato, porque la ventana para una actualización planificada, controlada y mínimamente disruptiva se está cerrando rápidamente.

El primer paso será que el equipo de TI realice una auditoría total de la infraestructura actual de la organización e identifique qué necesita ser completamente reemplazado, qué puede ser actualizado y qué se puede retirar sin una actualización. Esto ayudará a la organización a comprender el alcance de la migración y planificar en consecuencia.

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Una vez completada la evaluación, el equipo de TI debe elaborar un plan escalonado para implementar la actualización del sistema en fases, asegurando que haya suficientes recursos para brindar soporte y capacitación a los empleados sobre los nuevos sistemas. Si el entorno tecnológico general también requiere actualizaciones para poder manejar la capacidad de datos adicional, los requisitos de seguridad y las velocidades involucradas, entonces eso debe planificarse primero antes de migrar los dispositivos de IoT.

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