El debate sobre la gobernanza de la IA en Australia se intensifica

La falta de una política y gobernanza adecuadamente definidas sobre la inteligencia artificial (IA) está causando preocupación bipartidista en la política australiana, con ambos partidos principales expresando recientemente la necesidad de actuar con urgencia sobre este tema.

Aunque la regulación a menudo se percibe como un inhibidor de la innovación, existe un verdadero temor de que Australia se esté rezagando en el campo de la IA, careciendo de los recursos y habilidades necesarios para gestionar esta tecnología. Una mayor actividad por parte del gobierno ayudará a cristalizar una estrategia nacional, lo que conducirá a mejores oportunidades para los tecnólogos y empresas de IA.

Como destacó recientemente la directora ejecutiva de Cicada Innovations, Sally-Ann Williams, en un evento del Australian Financial Review Future Briefings, las empresas australianas "sobreestiman dramáticamente el nivel de experiencia tecnológica relevante que tienen en sus filas".

"La gente me dice: 'Tengo 150 expertos en aprendizaje automático en mi negocio', a lo que yo respondo: 'definitivamente no los tienes'", dijo Williams.

El desarrollo de regulaciones y una visión nacional para la IA ayudará a la industria a abordar estos desafíos.

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Ministros australianos consideran esfuerzos regulatorios para aprovechar la IA

En un artículo publicado en The Mandarin a principios de junio, el ministro laborista Julian Hill abogó por el establecimiento de una comisión de IA.

"La IA dará forma a nuestra percepción de la vida, ya que influirá en lo que vemos, pensamos y experimentamos en línea y fuera de línea. Nuestra vida cotidiana se verá mejorada al tener siempre a nuestro lado un becario súper brillante", señaló Hill. "Sin embargo, en la próxima generación, vivir con una pseudo-inteligencia no humana desafiará las nociones establecidas de lo que significa ser humano... Los ciudadanos y los responsables de la toma de decisiones tienen que comprender urgentemente esto.

"La IA está aportando un coeficiente intelectual superalimentado pero una inteligencia emocional baja (o nula) a todo tipo de cosas y hará que algunas empresas ganen mucho dinero. Sin embargo, las tecnologías de IA exponencialmente más poderosas que no están alineadas con la ética y los objetivos humanos conllevan riesgos inaceptables: para los individuos, la sociedad y posiblemente algún día riesgos catastróficos o existenciales".

Las opiniones de Hill fueron compartidas por el ministro de Comunicaciones en la sombra, David Coleman, en una entrevista en Sky News al día siguiente.

"Las leyes de Australia deberían seguir aplicándose en un mundo de IA", dijo Coleman. "Lo que queremos hacer no es frenar la tecnología ni sobre regularla, ya que eso sería perjudicial, pero también asegurarnos, en cierto sentido, de que la soberanía de naciones como Australia se mantenga intacta".

Ambos ministros estaban respondiendo a un informe encargado por el gobierno australiano que reveló que la nación es "relativamente débil" en cuanto a la IA y carece de trabajadores capacitados y capacidad informática para aprovechar las oportunidades de la IA.

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Reconociendo la necesidad de actuar con urgencia en este asunto, es probable que Australia centre sus esfuerzos regulatorios en dos áreas: proteger la privacidad y los derechos humanos sin inhibir la innovación y asegurarse de que el país tenga la infraestructura y las habilidades necesarias para aprovechar las oportunidades de la IA.

¿Cómo podría lucir un entorno regulado?

Australia no es el único país que lucha con la regulación de la IA. Japón, por ejemplo, se prepara para invertir considerablemente en el desarrollo de habilidades para promover la IA en medicina, educación, finanzas, manufactura y trabajo administrativo, ya que busca combatir una población envejecida y en declive. Citando preocupaciones sobre los riesgos para la privacidad y la seguridad, la desinformación y la infracción de los derechos de autor, Japón está situando a la IA en el centro de su reforma del mercado laboral.

Por su parte, la Unión Europea lidera el camino en la regulación de la IA, redactando las primeras leyes específicas que rigen la aplicación de esta tecnología. Según estas leyes, el desarrollo de la IA estará limitado según su "confiabilidad" y se aplicarán las siguientes medidas:

• En primer lugar, se prohibirán todos los sistemas de IA que la UE considere una clara amenaza para la seguridad, los medios de vida y los derechos de las personas, como las aplicaciones que manipulan el comportamiento humano para eludir el libre albedrío de los usuarios y los sistemas que permiten una "puntuación social" por parte de los gobiernos.
• Las aplicaciones de IA de alto riesgo, que abarcan una amplia gama de aplicaciones, como los vehículos autónomos, las aplicaciones que puntúan exámenes o ayudan en el reclutamiento, la cirugía asistida por IA y las aplicaciones legales, estarán sujetas a estrictas obligaciones, como la presentación de documentación, la garantía de supervisión humana y el registro de la actividad para rastrear los resultados.
• En el caso de los sistemas de bajo riesgo, como los chatbots, la UE busca la transparencia para que los usuarios sepan que están interactuando con una IA y puedan optar por no continuar si así lo desean.

Mientras tanto, otro líder en la regulación de la IA es China. China ha avanzado en la construcción de un marco para la IA generativa, tecnología como ChatGPT, Stable Diffusion y otros que aprovechan la IA para crear texto o activos visuales.

Preocupada por los derechos de los titulares de propiedad intelectual y el potencial de abuso, la regulación de China requerirá que los proveedores de IA generativa se registren ante el gobierno y proporcionen una marca de agua que se aplicará a todos los activos creados por estos sistemas. Los proveedores también serán responsables del contenido generado por el producto por parte de otros, lo que significa que, por primera vez, los proveedores de aplicaciones de IA tendrán la obligación de asegurarse de que sus plataformas se utilicen de manera responsable.

Por ahora, Australia todavía está formulando su enfoque hacia la IA. El gobierno ha abierto una consulta pública sobre el enfoque responsable de la IA (que finaliza el 26 de julio), y estas respuestas se utilizarán para seguir construyendo sobre la inversión multimillonaria en IA responsable que se anunció en el presupuesto 2023-2024.

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