Jenkins vs. GitLab: Comparación de características y casos de uso para DevOps

Con DevOps, la necesidad de desarrollar, probar e implementar constantemente nuevas funcionalidades es fundamental, y esto requiere herramientas especializadas para ayudar a automatizar y optimizar el proceso para que sea continuo. Dos opciones populares para soluciones de CI/CD son Jenkins y GitLab, y estas herramientas son muy adecuadas para requisitos específicos de DevOps. Compararemos las características y casos de uso de Jenkins y GitLab.

Contenido:

• ¿Qué es Jenkins?
• ¿Qué es GitLab?
• Comparación de características: Jenkins vs. GitLab
• Comparación directa: Jenkins vs. GitLab
• Elección entre Jenkins y GitLab

¿Qué es Jenkins?

Jenkins es un servidor de automatización de código abierto y gratuito para gestionar CI/CD. Jenkins funciona en servidores Windows, Linux y Mac y cuenta con un instalador práctico que facilita mucho la configuración.

Una de las mayores fortalezas de Jenkins es su lista de más de 1,700 plug-ins de utilidad que hacen que la personalización e integración sean muy sencillas. Esto también le brinda a Jenkins la capacidad de adaptarse a casi cualquier requisito.

¿Qué es GitLab?

GitLab es una herramienta de gestión de CI/CD de código abierto pero con una opción premium, que ofrece soporte completo de DevOps, incluyendo características importantes integradas como el seguimiento de problemas y el control de versiones.

GitLab solo se ejecuta en servidores basados en Linux, aunque se puede ejecutar en algunos sistemas Windows con soluciones alternativas extendidas. GitLab también tiene requisitos ligeramente más altos que Jenkins y se necesita un servidor adecuado con node.js, Git, Ruby y Redis en lugar de simplemente JRE.

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Comparación de características: Jenkins vs. GitLab

Comparación directa: Jenkins vs. GitLab

Fácil instalación

Tanto Jenkins como GitLab ofrecen un proceso de instalación muy sencillo y fácil, y ambas opciones son también herramientas locales, por lo que se requerirá su propio servidor.

La instalación de Jenkins es muy sencilla. El único requisito previo es instalar el entorno de ejecución de Java primero, luego simplemente descargar el instalador de Jenkins y seguir las indicaciones. Una vez instalado, crearás una cuenta de administrador y luego accederás a las herramientas y funciones a través de una interfaz de navegador web.

GitLab puede ser un poco más complicado de instalar, especialmente si no tienes experiencia con las compilaciones específicas de Linux que requiere. Sin embargo, todas las herramientas y características están incluidas en un paquete único llamado Omnibus, por lo que es fácil descargar el paquete que se adapte a tu instalación.

GitLab ofrece la capacidad de ejecutarse en Kubernetes, lo cual puede ser útil si ya tienes esta infraestructura y conocimientos en Kubernetes. Las imágenes de Docker también son compatibles oficialmente.

GitLab admite instalaciones en la nube utilizando AWS, Google Cloud o Microsoft Azure. GitLab ofrece compilaciones preconfiguradas especiales para los tres servicios en la nube más populares para facilitar la instalación y configuración. En cuanto a las instalaciones en la nube, GitLab es definitivamente la mejor opción de las dos.

Interfaz de usuario

Tanto Jenkins como GitLab tienen interfaces de usuario convenientes. Con Jenkins, esto puede ser una interfaz basada en navegador o a través de un tema de complemento que los usuarios pueden seleccionar. Con GitLab, existe una opción conocida como el Panel de Operaciones. Esto muestra todos los proyectos de un vistazo junto con las canalizaciones y otras métricas.

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Extensibilidad

Ambas herramientas de DevOps ofrecen la capacidad de construir, personalizar o escalar según tus necesidades.

Jenkins destaca realmente con su biblioteca de plug-ins, lo que le permite pasar de ser una simple herramienta de gestión de proyectos a gestionar todo el ciclo de vida de un producto completo. Sin embargo, a medida que se agregan más complementos, todo el sistema puede empezar a parecer un poco desordenado y aparentar estar unido a trozos. La escalabilidad extrema puede ser problemática con Jenkins en comparación con GitLab.

Con GitLab, aunque no tiene la biblioteca de plug-ins que tiene Jenkins, ofrece herramientas más completamente integradas destinadas a DevOps. Esto lo convierte en una opción mucho mejor para escalar a largo plazo. Aunque no es tan flexible de forma directa inicialmente, a medida que se empuja la flexibilidad o escalabilidad, GitLab comienza a destacar en este aspecto.

Elección entre Jenkins y GitLab

Jenkins destaca en entornos pequeños a medianos donde los presupuestos y el personal pueden ser limitados. Es fácil de usar, muy fácil de instalar y configurar, y capaz de adaptarse a medida que tus proyectos crecen con soporte de plug-in extenso.

GitLab es una herramienta más premium que busca servir a entornos medianos y grandes donde se necesitan herramientas adicionales de DevOps como el seguimiento de problemas, el control de versiones y canalizaciones complejas. Esto hace que GitLab destaque en cuanto a la colaboración de código y la gestión de repositorios de código.

Tanto Jenkins como GitLab son herramientas extremadamente capaces y maduras. Decidir entre las dos es simplemente una cuestión de combinar sus fortalezas con el entorno en el que planeas usarlas.

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