Silencio y Poder: el silencio del trabajador

SILENCIO Y PODER: EL SILENCIO DEL TRABAJADORAdriana Huguenin

Abogada (UNLPlata), Juez en el Tribunal de Quilmes, Especialista en Integración Latinoamericana(UNLPLata)Especialista en Derecho Social del Trabajo y la Previsión(UNLPlata)

Erase una vez un labriego que trabajaba para su señor, sin quejarse.Erase una vez una costurera que trabajaba en un taller, y se quejó.Aquel primero, vivió unos cuantos años, sin quejarse aquella segunda, no llegó a cumplir más de treinta, porque su patrón, ante la huelga, cerró las puertas del taller y lo prendió fuego, con sus trabajadoras dentro, un  8 de marzo de 1908, en la ciudad de Nueva York.La ruptura del silencio, o sea, la toma de una posición de reclamo, conlleva la idea de confrontación con el empleador, o –mejor dicho- con su estructura de poder. Del mismo modo en que al idear un plan cualquiera, toda persona se representa un resultado posible, esto implica –salvo casos extremos asimilables a la esclavitud que desencadenan estallidos- que quien vaya a tomar la decisión de expresarse, previamente se interrogue acerca del modo y oportunidad de llevarlo adelante. La exposición del reclamo no es buena o mala en sí misma, si no a través del criterio de oportunidad un mismo reclamo puede ser inoportuno hoy y lo contrario más adelante, cuando las condiciones que le darán andamiento sean realmente propicias. Cuando el trabajo es un bien escaso y a veces “raro”, el que consiguió tenerlo no generará situaciones de riesgo que pudieran conducir a perderlo, tal el típico caso de reclamar horas extras en los años que corren, mientras que, tres décadas atrás, eran demandas comunes de ver en los tribunales.Tal como señala Foucault (Microfísica del Poder, 3º ed.,Ed. Las ediciones de la piqueta, Madrid, 1992), en la modernidad, el poder absoluto se ha trasladado fragmentándose en distintos estamentos o estructuras entramadas de control social. Así como el maestro detenta poder sobre sus alumnos, en otra esfera, el empleador lo hace sobre sus trabajadores, imponiéndoles el deber de cumplir ciertos reglamentos, so pena de castigarlos por su incumplimiento.En la relación laboral, el trabajador es quien está sometido al poder pero, a su vez, el empleador está sometido al poder del control judicial. Vista así, la relación de trabajo dependiente es una lucha de fuerzas, ya que el sometimiento involucra en sí la resistencia al poder, es la contrafuerza que pugna por limitar o acotar el poder patronal mediante la obtención de más derechos/beneficios. Esta visión movilizadora, claramente expresada por Marx, luego receptada desde otros pensamientos científicos, útil a explicar la histórica mejora social por sumatoria de valores con sentido prospectivo, ha sido recogida en señeros fallos de nuestros superiores tribunales de justicia (Caso “Aquino”  sobre inconstitucionallidad de la ley de riesgos del trabajo, de la Corte Nacional y los recientes “EEE c/Eternit” sobre control de convencionalidad y  “Villalba” sobre discriminación, estos últimos de la Suprema Corte bonaerense) en donde el eje de análisis lo constituyen los derechos humanos contenidos en nuestra Carta Magna y los Tratados Internacionales que han quedado incorporados al derecho interno,  con sentido prospectivo en garantía de no retroceso de los derechos sociales, a la luz lo establecido por el art. 75 inc. 22 y el preámbulo de la CN.Desde la antropología y la lingüística, el silencio ha sido objeto de profundos análisis. Interesa aquí transcribir lo reflexionado por José Luis Ramirez (ponencia leída ante el Seminario de Antropología de la conducta, Universidad de Verano, San Roque (Cádiz), 1989. Publicado en Castilla del Pino, Carlos (Compilador). El silencio. Madrid: Alianza Editorial, 1992) acerca de “EL SIGNIFICADO DEL SILENCIO Y EL SILENCIO DEL SIGNIFICADO”: “Cada vez que hablamos y cada vez que nos negamos a hablar nos vemos implicados en un acto de poder. Al propio tiempo que hacemos uso de competencias en las que somos partícipes, luchamos contra un poder que se erige dentro de nosotros mismos. «Toda palabra -ha dicho Maurice Blanchot- es violencia.» «Y al mismo tiempo -dirá- sabemos bien que los que discuten no se golpean y que el lenguaje es la empresa mediante la cual la violencia renuncia a ser abierta para hacerse secreta.»… Preguntarse lo que significa el silencio en un caso determinado no equivale a preguntar qué significa una cosa determinada, sino qué significa el hecho de que alguien, en un momento determinado, no diga nada. Qué quiere decir el no decir nada en ese caso concreto”.El silenciar entendido como el no reclamar “aquí y ahora” no es un omitir hacer, si no todo lo contrario, es una herramienta, es un efectivo hacer, es ejercer el derecho de reserva hasta tanto sea propicio el reclamo.La inoportunidad, o sea el reclamo antes de tiempo, solo generará la frustración de la pretensión, ya que encontrará como respuesta la negativa absoluta –en el mejor de los casos- o el quiebre de la relación en el peor de ellos- mientras que la respuesta/consecuencia obtenida dependerá de la capacidad de absorción del conflicto que demuestre tener quien detente el poder, o sea, el empleador, que en casos extremos puede inclusive querer ejecutar castigos ejemplificadores para desalentar similares conductas en otros empleados.El bien primero a proteger para el trabajador será siempre su empleo, no la diferencia salarial adeudada (eso puede esperar, se dirá). La dependencia, no es solo del trabajador con el empleador, hay una dependencia aún más elemental que se vincula directamente a la subsistencia y que es la dependencia del trabajador de su salario para poder hacer frente a las necesidades primarias propias y de su núcleo familiar: es dependiente de su salario para poder vivir, por lo cual es obvio que a mayor riesgo de perder el empleo, menor será el índice de reclamos por cuestiones puntuales, horas extras, cumplimiento de francos compensatorios y hasta el otorgamiento efectivo de las vacaciones.En autos “Carballido, Patricia Mónica c/Estrellas Satelital SA s/despido” el voto del Dr. Capón Filas expresó: “ El silencio de la trabajadora frente al in/cumplimiento del empleador, concretamente frente a una rebaja salarial encubierta como es la mencionada cláusula, se explica por el temor al des/empleo, como se afirmara en “Bariain, Narciso T.c/Mercedes Benz” (14.05.1985). Este tema ha sido recientemente destacado:” El 40% de los trabajadores argentinos posee algún grado de temor a perder su empleo, hecho que habla a las claras de la presión que ejerce la desocupación sobre las condiciones laborales. De ellos, la mitad manifestó tener "mucho"" miedo a quedarse sin trabajo. Esta sensación de desamparo es mayor en las ciudades que más alta tasa de desocupación padecen

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