Mi lugar en el mundo. Comité editorial

Mi lugar en el mundo

Proyecto editorial

Darío Cocetta

Redactor responsable

Norma Rozadas

Mi lugar en el mundo. El dintel de su casa, la enternece para el televidente. Su jardín, cuidado por un empresario afortunado, muestra la calma hogareña de quien sabe hacer tortas y corregir los deberes de sus hijos cuando llegan de la escuela. Parecería el libreto cinematográfico de las películas de post-guerra. Ella, mira lo que la rodea. El subtitulado, recuerda sus palabras…. “éste es mi lugar en el mundo”.No es la única. Nuestra clase política, nuestros funcionarios y políticos, de todas las layas y sectores políticos, sienten de la vida cosas similares...

Ella muestra su lugar en el mundo. El exclusivo Calafate. Lejos, muy lejos de este duro y peligroso conurbano. Lejos del conurbano también, mandan a estudiar a sus hijos. Muchos otros, viven encerrándose en country, en sus campos o haciendo sus negocios en exclusivos barrios.

En realidad, ellos pasan sus días en lugares de plástico. Por ejemplo, Puerto Madero (que para aquellos lectores y lectoras que no son argentinos, es el lugar más caro y selecto de nuestro territorio). Un lugar que no sufre calor en verano, ni frío en invierno. Custodiado por un granel de militares. Allí no hay cortes de luz, mientras la misma ciudad de Buenos Aires estuvo minada por cortes de energía, ese es el único lugar donde no se ha cortado el suministro energético en este tórrido fin de año 2013 y principio del 2014. El único barrio. Allí constituyeron sus oficinas, y sus dormitorios. Allí pusieron los nombres de sus próceres y de sus deseos, al barrio que creció sobre las viejas dársena, travistiendo empedrados y balleneras.

No es el único ejemplo. Otros también tienen su exclusivo lugar en el mundo. Así el número dos, el segundo en el orden sucesorio del país, el Vicepresidente también ha bautizado todo lo que ha podido con el nombre que lo transporta a sus mejores momentos. Como usted podrá imaginar, lector o lectora, ese lugar no responde a ningún lugar de parto de ninguna libertad para este pueblo. El, sueña con Aspen. Y todo será Aspen en su vida. Aspen será...........

Así perciben algunos a geografía,… su lugar en el mundo.

Mantener pasivo al rebaño. “El sistema doctrinal que produce lo que llamamos «propaganda» tiene dos principales objetivos bien diferenciados. Uno es la que a veces se ha dado en llamar la «clase política», aproximadamente el 20% de la población que tiene un relativo buen nivel de educación, está más o menos vertebrada y juega algún papel en la toma de decisiones. Su aceptación de la doctrina es crucial ya que están en situación de diseñar e implementar determinadas políticas.

Luego está el 80% restante, el resto de la población. Según Lippman son «espectadores de la acción», a los que se refiere como un «rebaño sin voluntad». Se les supone sólo para recibir órdenes y para mantenerse apartados de la gente importante. (…) Estos sectores del sistema doctrinal (“la clase política”) sirven para distraer a las masas y para reforzar los valores sociales básicos: pasividad, sumisión a la autoridad, las sempiternas virtudes de la ganancia personal y la avaricia, la falta de interés por los demás, el miedo a los enemigos reales o inventados etc. El objetivo consiste en mantener al pasivo rebaño sin hacer nada. Para ellos es innecesario preocuparse de lo que sucede en el mundo. De hecho a nadie le interesa, si ven parte de la realidad podrían intentar cambiarla”. (1)

Arlequines. Noam Chomsky, o Polanyi, o los cualquiera de las y los innumerables que ya han reparado en esta presión que el sistema capitalista realiza a través de sus arlequines maquillados para la televisión, sobre los simples mortales (los que sirven al proyecto de otro),para que olvidemos nuestros lugares de existencia, saben y han enseñado que el orden solo sobrevive haciendo desaparecer tu lugar en el mundo, para crear otro.

Ese lugar que te muestran, solo es un pedazo de tierra yerma, un lugar vacío que lo reproduce. Una cálida incubadora de tontos. Pero todos los que viven allí, no son tontos viven sabiendo que ese es el precio que de deben pagar para que el sistema de dominación que ellos reproducen los acepte. Ellos elegirán como en los malos cuentos que hablan del infierno, hacer de sus vidas un mausoleo decorado. Ellos elegirán para que jueguen sus hijos, una postal donde colgar sus ojos. Ellos elegirán hacer, lo que mandan sus revistas. Lugares donde se respete sus operaciones de rejuvenecimiento, sus extensiones pilosas compradas a gente pobre, que comprará con la venta de sus crines un par de zapatillas para sus hijos o para ellos mismos. Lugares donde no resulte extraño tener rentadamente alguien que les sirva la comida o les lave sus ropas. Ese será su lugar en el mundo.

Lo invito a ir a Puerto Madero, donde tienen sus dormitorios y sus oficinas los que mandan.

La necesidad de imitar. El poder quiere que se lo imite, para poder sobrevivir. Hasta la saturación hemos reproducido desde las publicaciones que acercamos a usted, lo obvio: el capitalismo solo se mantiene vivo de la mano del mecanismo de reproducción social que le es inherente. Debemos reproducirlo para que no muera. El lugar debe ser visto, debe ser comprendido, debe defenderse desde la construcción que realiza el vencedor.

Eso será, sea quien sea el que lo reproduzca. No importan los discursos que hablan de revolución, exhalando fragancias importadas. Palabras que se reproducen desde oficinas vidriadas, con un fondo de cortinados cinematográficos y enfundados en trajes que encorsetan siluetas veraniegas que ya no pueden ocultar el desborde de grasa que acollara sus cuellos. No importan los discursos que hablan de revolución, se es imagen de lo que se ama.

Los bajos de este río. El olor vegetal que da la lluvia sobre el barro. El calor casi asfixiante que deja la sombra de las enredaderas tupidas. El ruido del río, su rumor, que puede escucharse desde kilómetros en una noche tibia de verano o cuando pica de crecido su oleaje sobra esa playa que se ha cansado de bajar por generaciones a contrabandistas y traficantes. Cada uno de nosotros tenemos un lugar en el mundo.

¿Cuál es el tuyo? Recordalo,… defendelo. Si tenés alguna duda , mirá donde se crían los tuyos. Tu barrio, su gente. Correle el velo con el que quieren adormecer cada una de tus mañanas. Hay pocas cosas que sean más bellas que las que a uno le recuerdan a los seres que ama.

(1)El lavado de cerebro masivo y la multitud aturdida” Blog Rizomas. (https://rizomas.blogspot.com/2006/04/el-lavado-de-cerebro-masivo-y-la.html)

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