Prevalencia y factores de riesgo de discapacidad física en adultos mayores

Prevalencia y factores de riesgo de discapacidad física en adultos mayores

Autores: Dra. Alina del Pilar Marín Díaz. 1

               Lic. Enrique Rafael Peneque Fernández. 2

               Lic. Esp. Ana Isabel Torres Mesa. 3

Especialista de 1er Grado en Medicina General Integral y Especialista de 1er Grado en Medicina Física y Rehabilitación 1, Licenciado en Imagenología 2. Lic. Enfermería.  Esp. Enfermería Comunitaria 3. Policlínico docente Bayamo Oeste, Bayamo, Granma, Cuba.

Resumen

Se realizó un estudio descriptivo, de corte transversal con el objetivo de identificar los factores de riesgo de discapacidad física en los adultos mayores según variables sociodemográficas así como un conjunto de factores biológicos, psicosociales percibidos por los pacientes objeto de estudio en el período de Junio 2010-Mayo 2012 en el área urbana del Policlínico Bayamo. La muestra estuvo constituida por 208 pacientes mayores de 60 años, a los cuales se les aplicó un examen mínimo del estado mental (EMEM) para evaluar la esfera mental, el índice de Lawton (IL)para la esfera física, una encuesta de factores de riesgo de discapacidad (EFRD) para los factores de riesgo, índice de barthel (IB) para clasificar la discapacidad. Se realizó la estimación puntual por intervalos de porcentajes. La prevalencia de las discapacidades físicas fue estimada en un 55 %, concluimos que el sexo que predominó fue el femenino, para un 59,6 % en las edades comprendidas entre 60-69 años con un 60,5 %. En la distribución del examen mínimo de la esfera mental tuvo mayor incidencia el autocuidado adecuado con un 53,9 % y también con predominio del sexo femenino con un 37,5 %, en la evaluación de las actividades instrumentadas de la vida diaria por el índice de lawton se destacó la dependencia grave con un 31,2 % y sexo femenino predominante con un 20,6 %. Los factores de riesgo biológicos que predominaron fueron la hipertensión arterial con un 46,6 % y entre los psicosociales se destacaron la pérdida del rol social, con un 98,5 %. En la escala de clasificación internacional (índice de barthel) predominó la dependencia moderada con un 34,6 %.

Introducción

En el siglo xx se produjo un incremento de la longevidad humana y durante el primer cuarto del siglo XXI habrán pasado de 500 a 1400 millones de personas mayores de 60 años en nuestro planeta este aumento en la longevidad tiene repercusiones profundas para las cuestiones relativas a evitar la dependencia de estos adultos mayores en todo el mundo , al respecto , la organización panamericana de la salud (OPS) , la organización mundial de la salud (OMS), y la organización de naciones unidas (ONU) , han aconsejado investigar y trabajar en la prevención y control de discapacidad en este grupo poblacional con el propósito de lograr un envejecimiento mas activo y saludable como contrapunto a la dependencia , con objetivos que brinden una vida larga libre de discapacidad .(1)

Cuba con una proporción de adultos mayores en la población en el 2012 de 25,6 % la cual crece a una tasa anual de 3 %. Para el 2025, con un cuarto de su población con 60 años y más , será el país más envejecido de américa latina y para el 2050 , veinticinco años después, uno de los más envejecidos del mundo (1)

El envejecimiento de la población es una tendencia contemporánea, derivada de los procesos de transición demográfica y epidemiológica iniciados en Europa hace varios siglos en países con transición temprana y extendida a los países en desarrollo más recientemente. (2 ,3)

Sin lugar a dudas, el incremento de la longevidad ha sido un anhelo de la humanidad, por lo que el proceso de referencia debe considerarse un logro de las ciencias médicas y de la salud en estos días. Sin embargo, el incremento de la expectativa de vida trae aparejado cambios en los patrones de morbilidad, entre los que se aprecian la discapacidad física de naturaleza creciente que se incluye entre los problemas de salud más importantes a atender por los diferentes países en la centuria recién iniciada. (2 ,3)

Envejecer es un proceso natural e irreversible que comienza con el nacimiento del hombre y que progresivamente va disminuyendo las capacidades del mismo, podemos afirmar que es una etapa natural de la vida, es una forma muy especial del movimiento de la materia es un complejo y variado proceso que no sólo depende de las causas biológicas, sino también de las condiciones socioeconómicas en las cuales se desarrolla el individuo como ser social. (3)

El envejecimiento se acompaña de disminución de las capacidades de reserva del organismo, las cuales responden tanto a factores fisiológicos como a patologías: alteraciones del equilibrio, postura, marcha, disminución de la fuerza muscular, déficit sensorial y auditivo. Esto es importante para la rehabilitación en el adulto mayor, ya que deberá tomarse en cuenta en su indicación, no sólo el problema a rehabilitar, sino también las capacidades residuales que tanto en el área biológica psicológica o social, posee el paciente para enfrentar el proceso de rehabilitación. (3,4)

El mantenimiento de la capacidad funcional y su expresión en el autovalidismo o autonomía, como condición básica de la calidad de vida es objetivo de la rehabilitación. (3,4)

Envejecer no es un concepto cronológico, en países desarrollados se habla de 65 años como probable punto de corte, en otros utilizamos 60 años, se envejece a distinta velocidad y de distintas formas. La salud, la longevidad y la calidad de vida dependen de las características biológicas, del estilo de vida, del contexto ambiental donde se vive y del sistema sanitario (calidad de atención). (3)

La población actual ha envejecido a un ritmo acelerado. Las tasas de fecundidad decrecientes, combinadas con las mejoras constantes en la esperanza de vida durante la segunda mitad del siglo XX, dieron lugar a un notable aumento del envejecimiento en la población. (3)

Desde el punto de vista estadístico, existen cifras muy elocuentes que ilustran el comportamiento demográfico de el envejecimiento poblacional ha cobrado gran importancia en la comunidad científica internacional y la discapacidad física se ha convertido en un problema de salud frecuente en la tercera edad. El aumento total de la población se distinguirá, en el futuro cercano, por una proporción cada vez mayor de personas de edad avanzada. Este proceso, ya en marcha, se acompaña de una franca disminución de la natalidad y de un aumento manifiesto de la esperanza de vida. De tal manera, las tendencias demográficas destacan al envejecimiento poblacional como el cambio más sobresaliente, en la actualidad, en la estructura de la población mundial. (5,6).

La investigación de la discapacidad física constituye un instrumento vital para la toma de decisión, en tanto aporta evidencias científicas útiles para los responsables de la salud de las poblaciones envejecidas. Sin embargo, su empleo eficiente debe resolver los retos metodológicos e instrumentales que a este tipo de estudio se le señala en la actualidad. El principal problema metodológico al estudiar la discapacidad física radica en definir el término en consonancia con el propósito de los investigadores, pues el constructo de referencia ha sido definido de manera disímil por los estudiosos del tema. Así, algunos autores consideran esta como la pérdida de una actividad instrumentada de la vida diaria (AIVD), en tanto otros plantean como tal aquellos que han perdido hasta 2, y otro grupo entienden como los que adolecen de hasta 3 actividades. (7,8).

El desarrollo de las ciencias, y de la medicina en particular, ha demostrado que lo más importante no es que haya un aumento de la expectativa de vida, sino que es posible envejecer con vitalidad. (9) Las discapacidades físicas, mentales y sociales, íntimamente relacionadas con el incremento de la expectativa de vida, se consideran entre los problemas más graves que debemos enfrentar. De ahí que, mejorar la prevención, el tratamiento, el pronóstico, así como la calidad de vida de estos pacientes, se haya convertido en un reto para la comunidad científica internacional, cuyo cumplimiento depende, en gran medida de los aportes que haga la investigación en este campo. (10)

 Ante esta situación, se considera que la manera más atinada para tratar el asunto debe coadyuvar a la emisión de un conjunto de medidas que eviten la aparición de discapacidades en aquellos aún no afectados por el problema, reviertan la situación en los casos de discapacidad incipiente y la retrasen o mitiguen en aquellos donde ya esté instalada. Ello implica el tratamiento de la discapacidad física con perspectiva de "riesgo". (11)

Cuba, país en vías de desarrollo no está exento de este proceso, de hecho constituye el principal problema demográfico actual y perspectivo, su población ha envejecido de forma ostensible y se espera que para el 2025 este grupo ocupe más del 20 % de la población total. (11,12)

Aproximadamente el 95 % de la población mayor de 60 años vive en el medio comunitario y el 90 % de las personas entre 75 y 84 años mantienen un alto grado de independencia para tareas de autocuidado. Por tanto en el ámbito comunitario es donde se lleva a cabo la mayor parte del cuidado a los adultos mayores. (13,14)

El enfoque de riesgo aplicado al tratamiento de la discapacidad física, debe incluir un conjunto de estudios que transiten desde el nivel descriptivo, para mensurar la magnitud del problema, el analítico para identificar los factores que incrementan la probabilidad de ocurrencia del evento, base para establecer modelos útiles para la intervención individual a partir del perfil de riesgo de un paciente concreto, familiar y comunitario (14)

En la segunda mitad de los años 90 del recién concluido siglo XX se realizaron varios estudios en el contexto cubano que mensuraron el nivel de la discapacidad física, e identificaron factores de riesgo de discapacidad física en diferentes territorios, en los niveles municipales y provinciales.(15)

Se estudiaron los municipios Playa, Ciudad de La Habana, Jobabo y Amancio Rodríguez, de Las Tunas, donde se intentó caracterizar la población anciana en relación con un grupo de presuntos factores de riesgo. Más recientemente, un grupo de investigadores de la Facultad de Salud Pública realizó varias investigaciones sobre este objeto de estudio en el ámbito comunitario. (15,16)

Las investigaciones de referencia identificaron varios factores de riesgo de discapacidad física, con ciertas diferencias por territorios, dentro de los que aparecen: la edad avanzada, la baja escolaridad, la desocupación, la insatisfacción con las actividades cotidianas, la pérdida de roles sociales, la pérdida de familiares, amigos, cónyuge, los sentimientos de soledad, la ausencia de confidente, las condiciones materiales de vida inadecuadas, las enfermedades crónicas, las secuelas posfractura de cadera, las amputaciones, la sensación de inactividad, la inadaptación a la jubilación y el sexo femenino. (17)

A pesar de la información brindada por los estudios antes mencionados, es menester continuar realizando investigaciones en otros contextos del país y en los niveles provincial y nacional, para brindar datos útiles para la gestión en salud en estos niveles, al constituir evidencia científica actualizada sobre las principales variables relacionadas con su aparición y su comportamiento temporal. (18)

Se tuvo en cuenta los argumentos anteriores y que el Policlínico Bayamo tiene una población envejecida se decidió realizar esta investigación, con el objetivo de identificar los factores de riesgo de discapacidad física en los adultos mayores del área urbana del Policlínico Bayamo en el período de septiembre de 2011- septiembre del 2012. Estos resultados se podrán utilizar para trazar estrategias de intervención a escala individual, familiar y comunitaria que impidan que el envejecimiento se convierta en un problema social grave, además brindará información válida para la planificación de recursos y servicios, influyendo sobre la organización de los servicios, la dirección y el control así como la aplicación de técnicas gerenciales, la toma de decisiones y el establecimiento de prioridades.

La participación periódica en actividades físicas moderadas puede retrasar el declive funcional y reducir el riesgo de enfermedades crónicas en las personas mayores sanas o con enfermedades crónicas, mejora la salud mental y suele favorecer los contactos sociales. El hecho de mantenerse activas puede ayudar a las personas mayores a continuar con sus actividades de la vida diaria de la forma más independiente posible y durante el mayor período de tiempo. También se obtienen ventajas económicas cuando las personas mayores están físicamente activas, pues los gastos médicos se reducen considerablemente. A pesar de todo, una gran proporción de personas mayores son ancianos frágiles con discapacidades, los que tienen una mayor probabilidad de estar inactivas y de representar una falla en la integración de los órganos y sistemas sociales requeridos para mantener la independencia. La evaluación geriátrica funcional permite la evaluación de estos ancianos y aplicar intervenciones oportunas para disminuir el morbo mortalidad y aumentar su funcionalidad. (18)

Objetivo general

1.       Identificar los factores de riesgo de discapacidad física en los adultos mayores del área urbana del Policlínico Bayamo.

Específicos:

1.       Caracterizar los pacientes discapacitados según variables sociodemográficas (edad y sexo.)

2.       Evaluar la esfera mental de los pacientes discapacitados según la escala de Examen Mínimo del Estado Mental.

3.       Evaluar la esfera física según la escala del Índice de Lawton.

4.       Identificar los factores de riesgos biológicos y psicosociales que se asocian a la discapacidad física.

5.       Evaluar los pacientes según la escala de clasificación internacional de discapacidad, Índice de Barthel.

Metodología

Se realizó un estudio descriptivo, de corte transversal con el objetivo de identificar los factores de riesgo de discapacidad física en los adultos mayores del área urbana del Policlínico Bayamo en el período de septiembre 2011- septiembre 2012.

El universo estuvo constituido por 8 060 pacientes mayores de 60 años que pertenecen al área de salud del Policlínico Bayamo Oeste , de los cuales se tomó una muestra de 208 seleccionada, los cuales cumplieron con los criterios de inclusión y exclusión, se le realizó historia clínica, se les aplicó un examen mínimo del estado mental (EMEM) para evaluar la esfera mental, el índice de Lawton (IL) para la esfera física y una encuesta de factores de riesgo de discapacidad (EFRD) para los factores de riesgo , además de la escala de clasificación internacional de discapacidad (índice de Barthel).

Criterios de inclusión:

- Paciente mayor de 60 años o más.

-Pacientes que dieron su consentimiento informado (Anexo 1) y en caso de deterioro cognitivo importante, que el familiar de su consentimiento en el momento del estudio.

Criterios de exclusión:

- Pacientes que no pertenecen al área de salud del Policlínico Bayamo Oeste.

Criterios de salida:

-Por voluntad propia o fallecimiento

Operacionalización de las variables:

Sexo: variable cualitativa clasificada en:

 Masculino

-Femenino

Edad: variable cuantitativa continúa clasificada en tres grupos.

       60-69 años

       70-79 años.

       80 y más años.

Para la recogida de la información necesaria se aplicaron los siguientes instrumentos: Examen Mínimo del Estado Mental (EMEM) (Anexo 2):

       Entre 21 y 24 puntos indica percepción de autocuidado adecuado.

       Entre 16 y 20 puntos indica percepción de autocuidado parcialmente adecuado con 15 puntos o menos.

       Una categoría evaluada de 0 nos indica que esta sin capacidad de autocuidado, o con déficit parcial para esta categoría.

       Con 0 en más de cuatro categorías evaluadas indica déficit de autocuidado total.

 Seguidamente se aplicó el Índice de Lawton (Anexo 3) a todos los pacientes mayores de 60 años y al que no coopera por presentar déficit cognoscitivo, sordos, mudos, a informantes o convivientes, que evalúa la esfera física, mide actividades instrumentadas de la vida diaria que su interpretación se hace:

       Sexo femenino:

       de 0 a 1 dependencia total.

       de 2 a 3 dependencias grave.

       de 4 a 5 dependencia moderada.

       de 6 a 7 dependencias leve.

       8 dependencia autónoma.

       Sexo masculino

       0 nos indica dependencia total.

       1 dependencia grave.

       2 a 3 dependencia moderada.

       4 dependencia leve.

       5 dependencia autónoma.

La encuesta de factores de riesgo de discapacidad, que evalúa los factores de riesgo de discapacidad (EFRD), fue diseñada por especialistas del Centro Iberoamericano de la Tercera Edad (CITED). Se tomó en cuenta para su confección una serie de factores de riesgo biológicos y psicosociales de discapacidad física, obtenidos en la literatura relacionada con esta problemática (18). Es aplicado por profesionales de la salud y el tiempo requerido para su aplicación es breve (aproximadamente cinco minutos).

Factores Biológicos:

       Enfermedades crónicas no trasmisibles (hipertensión arterial, diabetes mellitus, enfermedades cardiovasculares)

Factores psicosociales:

       variables psicosociales.

       insatisfacción con actividades cotidianas.

       sensación de inactividad.

       ausencia de confidentes.

       perdidas de rol social.

       presencia de desocupación.

       presencia de sentimientos de soledad.

       condiciones materiales de vida inadecuadas.

       presencia de perdidas e inadaptación a la jubilación

Se aplicó además el índice de barthel (Anexo 4) para la clasificación de la discapacidad, se interpreta de la siguiente manera:

       100 puntos independientes.

       menor de 60 puntos dependencia leve.

       de 40 a 55 puntos dependencia moderada.

       de 20 a 35 puntos dependencia severa.

       menos de 20 puntos dependencia total.

Procesamiento Estadístico.

Se confeccionó una base de datos en el programa Excel OFFICE 2007 en la información recolectada y fue procesada en el programa Statcal versión. El procesamiento de la información incluyó intervalos de porcentajes.

Bioética médica:

Se contó con el consentimiento de los pacientes y en caso de deterioro cognitivo importante con el de los familiares (Anexo 1). Se explicaron los objetivos del estudio y la importancia de su participación. Se garantizó la confidencialidad de la información que ellos aportarían y la posibilidad de abandonar el estudio si así lo deseaba. La aceptación de los pacientes a participar en el estudio se solicitó de forma verbal y por escrito.

Resultados y discusión

Tabla 1. Distribución de pacientes por grupos de edades y sexo.

Edad   Masculino      Femenino      Total

         No      %       No      %       No      %

60-69 años    56      26,9    70      33,6    126     60,5

70-79 años    22      10,5    50      24      72      34,6

80 y más       6        2,8     4        1,9     10      4,8

Total   84      40,3    124     59,6    208     100

Fuente: Encuesta

En la distribución por edad y sexo (tabla 1) el mayor porciento corresponde a los pacientes de 60 a 69 años en ambos grupos con 126 pacientes para un 60,5 % , seguido de los de 70 a 79 con 72 pacientes para un 34,6 % y el sexo femenino con 124 pacientes para un 59,6 %.

El comportamiento de la discapacidad física según la edad encontrado en este estudio se corresponde con lo que reportan otros autores (5,7) quienes plantean que con la acumulación de los años varía la forma y el funcionamiento del cuerpo humano, independientemente de la salud, lo cual es llamado envejecimiento normal. Si bien las funciones fisiológicas se afectan con el proceso de envejecimiento, la mayoría de las personas ancianas no presentan alteraciones que influyan marcadamente en su funcionamiento físico, intelectual o social antes de los 80 años. Sin embargo, que el incremento del riesgo de discapacidad física en general, esté ocurriendo a expensas de los viejos, jóvenes, hace pensar que, al margen del envejecimiento fisiológico, otros factores están precipitando la ocurrencia de este evento en la población anciana.

Otras investigaciones (6, 15, 17) utilizando un criterio diagnóstico de discapacidad distinto (3 limitaciones), han reportado un predominio del sexo femenino sobre el masculino al igual que este estudio. Aunque, pudiera considerarse que esto no se deba a causas estrictamente biológicas, en relación con la predisposición a la discapacidad por uno u otro sexo, sino a la coexistencia de un conjunto de razones, entre las que se destaca el predominio de familias extendidas en la población cubana, de manera que en la organización de las actividades domésticas, la mujer de edad avanzada puede estar limitada por féminas jóvenes que asumen su trabajo, o de lo contrario, sobrecargadas en el trabajo doméstico.

Las proyecciones de población sugieren que las mujeres constituirían la mayoría creciente de las poblaciones de más edad en todas las regiones del mundo en desarrollo. A juicio de los autores, la diferencia de discapacidad física por sexo pudiera deberse a la discreta mejoría alcanzada en la esperanza de vida para el sexo femenino en relación con el masculino, lo que conlleva a mayor número de mujeres en los grupos etáreos superiores, donde esta afectación es más frecuente, coincidiendo esto con este estudio. (19)

Como se puede observar en la tabla 2, el ítem de autocuidado adecuado con un total de 112 pacientes para un 53,9 % es el más representativo y dentro de este el sexo femenino con 78 pacientes para un 37,5 %, seguido del autocuidado parcialmente adecuado con 57 pacientes que representan un 27,4 %, el menos representativo es el ítem sin capacidad de autocuidado con 9 pacientes para un 4,3 %.

Tabla 2. Distribución de pacientes según escala de Exámen Mínimo del estado Mental y Sexo.

Escala de exámen

Mínimo del estado mental    Masculino      Femenino      Total

         No      %       No      %       No      %

Autocuidado adecuado       34      16,4    78      37,5    112     53,9

Autocuidado parcialmente adecuado        28      13,5    29      14      57      27,5

Autocuidado inadecuado     6        2,8     5        2,4     11      5,2

Sin capacidad de autocuidado       6        2,8     3        1,5     9        4,3

Autocuidado total     10      4,8     9        4,3     19      9,1

Total   84      40,3    124     59,7    208     100

Fuente: Encuesta

Este estudio no coincide con otro realizado en la ciudad de Holguín donde se muestra que el nivel de autocuidado inadecuado es el de mayor predominio y el sexo masculino. (20), pero si coincide con otros trabajos realizados en el hospital Julio Díaz (1), que plantea que el sexo femenino siempre considerado como sexo débil, ha estereotipado a la mujer como cuidadora de la salud de su familia, pudiéndose considerar que también cuida adecuadamente de su propia salud.

En la tabla 3 se muestra la distribución de los pacientes según la escala del índice de Lawton, donde se observa que el mayor porciento lo aportó la dependencia grave con un total de 65 pacientes para un 31,2 %, seguido de la dependencia moderada con 58 pacientes para un 27,9 % y en menor grado tenemos la dependencia autónoma con 38 pacientes para un 18,3 % con predominio del sexo femenino con 43 pacientes para un 20,6 %.

La escala de Lawton mide la capacidad para realizar actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD). Estudios en la población española han permitido concluir que es una herramienta válida y confiable para complementar la valoración cognitiva (consistencia interna: 78 % fiabilidad dentro de una misma clase: 95%), pues añade poder predictivo a las pruebas breves que miden el estado mental. (21)

Tabla 3. Distribución de pacientes según escala de índice de Lawton y sexo.

Actividades instrumentadas de la vida diaria        Masculino      Femenino      Total

         No      %       No      %       No      %

Dependencia total    22      10,5    25      12,1    47      22,6

Dependencia grave   35      16,8    30      14,4    65      31,2

Dependencia moderada       15      7,3     43      20,6    58      27,9

Dependencia autónoma       12      5,8     26      12,5    38      18,3

Total   84      40,4    124     59,6    208     100

Fuente: Encuesta

La prevalencia de discapacidad física que se reporta en esta investigación es superior a la encontrada por Bayarre y Hernández, estos estudios utilizaron la misma metodología y aplicaron los mismos instrumentos. Por otra parte, el hecho de haber utilizado para evaluar la discapacidad un instrumento que incluye las actividades instrumentadas de la vida diaria (AIVD), pudo contribuir a que la prevalencia sea superior a la de otros estudios que utilizan las actividades básicas de la vida diaria, ya que son más complejas y necesitan mayor coordinación y elaboración de actos por parte del individuo, lo que incrementa su vulnerabilidad ante alteraciones mínimas de una función orgánica determinada. (16)

Otro elemento en que pudiera pensarse es el siguiente: la crisis económica que ha afectado a la población cubana durante las últimas décadas, en la que el anciano, quien ha visto pasar sus mejores momentos como rol productivo, puede devenir sujeto vulnerable, lo que pudiera precipitar la discapacidad física en muchos ancianos. Bayarre reporta una tasa inferior a la de este estudio lo que pudiera estar relacionado con las características de la población por él estudiada (municipio Playa). (22)

La realización de las actividades instrumentadas de la vida diaria( AIVD) se comportó de forma similar a lo arrojado por estudios epidemiológicos realizados en varios países desarrollados, en los que se ha observado más discapacidad para aquellas actividades que requieren mayor esfuerzo físico y desplazamiento del anciano. El aumento de la dependencia del anciano para realizar las actividades que requieren un mayor desplazamiento pudiera estar relacionado con las limitaciones del transporte, que se han hecho más marcadas por el período especial, lo que obliga al anciano a disminuir o eliminar esta actividad.(22)

Casi la mitad de los ancianos de 75 o más años de edad sin dependencia grave presentaban discapacidad para las AIVD. (23)

Tabla 4. Distribución de pacientes según factores de riesgo biológico.

Enfermedades crónicas no trasmisibles      Total   %

Hipertensión arterial  97      46.6

Diabetes mellitus      88      42,3

Enfermedades cardiovasculares      23      11,1

Total   208     100

Fuente: Encuesta

En la esta tabla 4 donde se describe la distribución de los factores de riesgos biológicos, se aprecia que la mayor incidencia la tuvo la hipertensión arterial con 97 pacientes para un 46,6 %, seguida de la diabetes mellitus con 88 pacientes para un 42,3 %, en menor grado las enfermedades cardiovasculares con 23 pacientes para un 11,1%.

En relación con las enfermedades crónicas los resultados son similares a lo que reporta Hernández y Tello, (16) que concuerdan con el hecho de que el nivel de discapacidad encontrada en esta investigación es mayor en algunos de ellos porque las enfermedades crónicas dificultan el desempeño de las actividades diarias del senescente, que trae como consecuencia que este no las realice. A medida que aumenta el número de enfermedades crónicas que presenta el adulto mayor, aumenta la prevalencia de discapacidad física. (1)

Al parecer la presencia de enfermedades crónicas condiciona en los individuos una percepción diferente de su estado de salud, probablemente relacionada con el acceso a los servicios de salud y por ende a la información recibida sobre su enfermedad, una posible explicación es que las personas que se perciben sanas no consideren necesaria la posibilidad de desarrollar sus capacidades de autocuidado, los diferentes autores consultados, refieren que el factor que más influye positivamente en el desarrollo de estas capacidades y habilidades en una persona adulta es la alteración percibida de su estado de salud.(20)

La hipertensión arterial (HTA) constituye un problema de salud pública en casi todo el mundo (se calcula que 691 millones de personas la padecen), no sólo porque es causa de discapacidad y muerte sino porque ella constituye el factor de riesgo modificable más importante para la cardiopatía coronaria (primera causa de muerte en el hemisferio occidental), enfermedad cerebrovascular, insuficiencia cardiaca congestiva, nefropatía terminal y la enfermedad vascular periférica .Se asocia además a una reducción en la esperanza de vida de 10-20 años. (24)

En otro estudio realizado en Minas Gerais con respecto alas enfermedades crónicas resulto ser la más frecuente la hipertensión arterial con una prevalencia en las mujeres de un 50 % y de un 37 % en los hombres. (25)

El ejercicio físico o la actividad física practicados de manera regular y planificado específicamente para personas mayores, está asociado con un menor riesgo de morbilidad y mortalidad y con una mejora en la calidad de vida de esta población, secundario al efecto protector cardiovascular que genera, el cual disminuye el riesgo de sufrir un infarto de miocardio y de desarrollar diabetes tipo 2. (26)

Tabla5. Distribución de pacientes según factores de riesgo psicosociales.

Variables psicosociales        Total   %

Insatisfacción con actividades cotidianas  71      34,1

Sensación de inactividad     108     51,9

Ausencia de confidentes     74      35,5

Pérdidas de rol social 205     98,5

Presencia de desocupación  55      26,4

Presencia de sentimientos de soledad       203     97,5

Condiciones materiales de vida inadecuadas        190     91,3

Presencia de pérdidas         69      33,1

Inadaptación a la jubilación 83      39,9

Fuente: Encuesta

De acuerdo a la distribución de pacientes según factores de riesgo psicosociales que se muestra en la tabla 5 podemos observar que predominó la pérdida del rol social con 205 pacientes para un 98,5 %, seguido por presencia de sentimientos de soledad con 203 pacientes para un 97,5 %, le continuo las condiciones materiales de vida inadecuada con 190 pacientes para un 91,3 %, en menor grado repercutió la presencia de desocupación con 55 pacientes para un 26,4 %.

Podemos decir que en este caso nuestro estudio no coincide con algunos autores que plantean en primer lugar la inadaptación a la jubilación seguido de sensación de inactividad. (1)

Con relación a la insatisfacción con la pérdida del rol social, otros estudios han obtenido resultados similares (15, 17,18), que plantean que la sociedad continúa sin precisar el contenido del papel de los ancianos. La falta de tareas específicas culturalmente conlleva la dificultad de no saber dónde concentrar los esfuerzos y dónde volcarse para actualizar las propias potencialidades. De ahí que como las actividades de los ancianos en la sociedad no han sido definidas en el nivel sociocultural, deben ser especificadas por cada individuo en particular. Cada anciano debe buscar qué hacer, debe crear sus propias tareas que pueden ser más o menos valiosas para él, pero sin tener la garantía de que serán reconocidas socialmente. La falta de un rol social para el anciano tiende a que su vida transcurra sin anhelos, sin entusiasmo y sin horizontes.

La sensación de inactividad se presentó similar a lo informado por Bayarre (15) e inferior a lo reportado por otros autores. Con la senectud se supone que el sujeto pase de la autonomía a depender de los demás a lo que se le agrega la pérdida de relaciones que el sujeto ha tenido durante años, tales como, el trabajo, y sobre todo, los hijos, quienes pueden valerse por sí mismos y no necesitan de la ayuda de los padres, lo que provoca que sientan minusvalía. La disminución del riesgo de discapacidad encontrada en este trabajo con respecto a otros anteriores, pudiera estar relacionada con la incorporación de los ancianos a los clubes de abuelos en muchas áreas de salud, actividad esta que los hace sentirse útiles e importantes.

La presencia de síntomas depresivos se asocia con factores socioambientales (riesgo social) y comorbilidad, lo que sugiere la necesidad de detectar la depresión en el manejo social y clínico de los enfermos. (27)

Tabla 6. Distribución de pacientes según la escala de clasificación internacional de discapacidad (Índice de Barthel) y sexo.

Índice de barthel      Masculino      Femenino      Total

         No      %       No      %       No      %

independiente 17      8,2     30      14,4    47      22,6

Dependencia leve     28      13,5    29      13,9    57      27,4

Dependencia moderada       30      14,4    42      20,2    72      34,6

Dependencia severa  6        2,8     15      7,3     21      10,1

Dependencia total    3        1,5     8        3,8     11      5,3

Total   84      40,4    124     59,6    208     100

Fuente: Encuesta

En la tabla 6 se muestra mayor predominio de la dependencia moderada con 72 pacientes para un 34,6 % seguido por la dependencia leve con 57 pacientes para un 27,45 % en menor grado se encontraron 11 pacientes con un 5,3 % y hubo mayor incidencia en el sexo femenino.

Otros estudios que representan las diferentes categorías de discapacidad mediante una escala de 0 a 5 grados según la escala de barthel demuestran que el menor porciento se encuentra en la dependencia total. (21)

La dependencia del anciano institucionalizado aumenta por diversos factores como la edad, el sexo, un mayor tiempo de institucionalización y una mala percepción del propio estado de salud. (28,29)

En otro estudio realizado de acuerdo al análisis estadístico, los datos obtenidos donde se aplicó el índice de barthel se afirmó que la gran mayoría de los ancianos son totalmente dependientes, existen muy pocos con moderada dependencia y menos aún con dependencia leve. (30,31)

Conclusiones

La prevalencia de las discapacidades físicas fue estimada en un 55 %, predominó el sexo femenino, en un 59,6 % en las edades comprendidas entre 60-69 años. En el examen mínimo de la esfera mental tuvo mayor incidencia el autocuidado adecuado, sin embargo por el índice de lawton se destacó la dependencia grave con un 31,2 % en las actividades instrumentadas de la vida diaria. Dentro de los factores de riesgo biológicos prevaleció la hipertensión arterial y entre los psicosociales se destacó la pérdida del rol social, .En la escala de clasificación internacional (índice de barthel) predominó la dependencia moderada con un 34,6 %.

Recomendaciones

•        Realizar actividades de promoción y prevención de las enfermedades crónicas no trasmisibles, así como los riesgos psicosociales.

•        Continuar incrementado el programa del adulto mayor, así como la incorporación de los mismos a los círculos de abuelos.

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ANEXO 1. Consentimiento informado.

Yo______________________________________________ he sido informado (a) acerca del actual estudio, comprendo cuáles son sus objetivos y estoy de acuerdo a participar y si por algún motivo decido no continuar en el proceso invest

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